La impresionante belleza de Brujas reside en su aspecto de cuento de hadas. La propia ciudad es un museo, un auténtico festín para la vista. Despierta el interés de visitantes y habitantes por igual gracias al reflejo de sus campanarios en los canales, las calles adoquinadas repletas de bonitos cafés y los misterios medievales. Quédate una noche o dos para disfrutar de la mágica iluminación nocturna, o bien opta por una excursión de un día si vives cerca. Ven a pasar un fin de semana si te encanta observar a la gente en un entorno animado o goza de una escapada tranquila durante un par de días entre semana. ¡Hay tantas cosas maravillosas que ver en Brujas! Sigue leyendo si deseas inspirarte y descubrir los principales motivos para incluir Brujas en tu lista de viajes pendientes.
Conoce un poco Bélgica
Prepárate para llenarte el estómago con exquisitas delicias por las que más de una persona recorre el mundo. Sobre todo, la cerveza belga, las patatas fritas, los gofres y el chocolate conquistan los corazones con sus recetas diversas y originales. Puedes encontrar estos manjares en cualquier rincón de Brujas, pero, para disfrutar de una experiencia completa, empieza el recorrido en la fábrica de cerveza De Halve Maan, fundada en 1856, y aprende a servir y saborear la cerveza como es debido. Después, visita el cautivador museo Choco Story, que repasa la historia de la transformación del cacao en chocolate desde una perspectiva histórica, geográfica y botánica. Como guinda del pastel, culmina tu aventura culinaria con un maravilloso gofre de postre en el café que prefieras.
Pasea junto a los molinos de viento
La belleza de Brujas, con sus impresionantes molinos de viento distribuidos en los límites del casco antiguo, te dejará sin habla. De los 23 molinos que existían en el siglo XVI, solo quedan cuatro junto a las murallas: Koeleweimill, Nieuwe Papegaai, Bonne Chiere y Sint-Janshuismill, el más antiguo, que data de 1770 y es especialmente impresionante porque continúa en su ubicación original y alberga un museo. Un recorrido a pie por los molinos de viento es una forma estupenda de conocer la zona que rodea el centro de la ciudad y su historia.
Disfruta del casco antiguo
Ninguna ciudad medieval está completa sin su casco antiguo. Con sus calles adoquinadas, los maravillosos canales y la arquitectura gótica, el centro histórico de Brujas es una parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO que no puedes perderte. Como cuna de la pintura de los primitivos flamencos del siglo XV, el casco antiguo de Brujas exuda un ambiente artístico. Algunas de las obras maestras más excepcionales del período pueden verse en uno de los 26 museos repartidos por la ciudad. Si el clima lo permite, busca un banco en la plaza principal y permítete disfrutar de una sabrosa ración de patatas fritas belgas. Y para digerirlas, sube los 366 peldaños hasta lo alto de la torre medieval de Belfry. La recompensa será unas impresionantes vistas.
Ruta cultural
Desde un sinfín de museos y galerías hasta iglesias y catedrales, un fin de semana se te quedará corto si deseas ver todas las joyas que ofrece Brujas. Por eso te sugerimos que visites los tres monumentos siguientes para hacerte una idea de los tesoros culturales de la ciudad. Si solo vas a visitar una iglesia, elige la Basílica de la Santa Sangre, que impresiona con su llamativa fachada, el carácter románico de la arquitectura y la parte superior neogótica de la iglesia. Los amantes del arte no pueden marcharse sin visitar el museo Groeninge, donde se exhibe una colección mundialmente famosa de pinturas de los primitivos flamencos y algunas exposiciones temporales dignas de mención. Por último, no te olvides de acercarte hasta la escultura de la Madonna de Brujas de Miguel Ángel, que se encuentra en la iglesia de Nuestra Señora.
